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miércoles, 5 de octubre de 2011

Aquiles (Parte 1)

Conociendo al Pies Ligeros (aquí Podas)
Dentro de la extensa relación que existen de héroes y semidioses de la extraordinaria mitología griega las acciones realizadas por Aquiles el famoso pies ligeros son de una transcendencia que ha podido superar las enormes barreras del tiempo y pasar a la historia no solo en la genial obra de Homero si no que mas de un escritor desde hace muchos años ha hablado de el para por último el cinematógrafo desde sus inicios ha perpetuado ha esta destacada figura de la historia.
Aquiles era el hijo del mortal Peleo, rey de los mirmidones en Ftía (sureste de Tesalia), y la ninfa marina Tetis. Zeus y Poseidón se habían disputado su mano hasta que Prometeo (o, según otras fuentes, Temis), profetizó que Tetis engendraría un hijo más grande que su padre. Por esta razón ambos tuvieron que renunciar a su deseo, y Tetis fue obligada a casarse con Peleo. Hay una versión alternativa en las Argonáuticas,[2] donde Hera alude a la casta resistencia de Tetis a los avances de Zeus, por lo que habría sido leal al lazo matrimonial de Hera rechazándole fríamente.
Según el poema incompleto Aquileida, escrito por Estacio en el siglo I, versión que no aparece en otras fuentes, cuando Aquiles nació Tetis intentó hacerle inmortal sumergiéndolo en el río Estigia, pero olvidó mojar el talón por el que le sujetaba, dejando vulnerable ese punto. (Véase talón de Aquiles, tendón de Aquiles.) No está claro si esta versión del mito se conocía anteriormente. En otra versión de la historia, Tetis ungía al niño con ambrosía y lo ponía al fuego del hogar para quemar las partes mortales de su cuerpo. Fue interrumpida en estos quehaceres por Peleo, que arrancó con violencia al niño de sus manos y éste quedó con un talón carbonizado. Tetis, enfurecida, abandonó a ambos.[3] Peleo sustituyó el talón quemado de Aquiles por la taba del gigante Dámiso, célebre por su velocidad en la carrera. De ahí que se nombrara a Aquiles como ‘el de los pies ligeros’ (podas ôkus).
Sin embargo, ninguna de las fuentes anteriores a Estacio hace referencia a esta invulnerabilidad. Al contrario, en la Ilíada Homero menciona que Aquiles es herido: en el Libro XXI el héroe peonio Asteropeo, hijo de Pelegón, desafía a Aquiles junto al río Escamandro. Le arrojó dos lanzas a la vez, alcanzando una el hombro de Aquiles, «del cual brotó negra sangre».[4] Tampoco en los poemas fragmentarios del ciclo troyano en los que aparece una descripción de la muerte del héroe —Cipria (autor desconocido), Etiópida de Arctino de Mileto, Pequeña Ilíada de Lesques e Iliupersis de Arctino— hay rastro de referencias a su invulnerabilidad o su famoso talón. En vasijas pintadas posteriores representando la muerte de Aquiles, una flecha (o en muchos casos varias) alcanza su cuerpo.
Peleo confió a Aquiles y Patroclo al centauro Quirón en el monte Pelión para que los criase.[5] Quirón los alimentó con fieros jabalíes, entrañas de león y médula de oso para aumentar su valentía; además, les enseñó el tiro con arco, el arte de la elocuencia y la curación de las heridas. La musa Calíope les enseñó el canto, y el profeta Calcante predijo que a Aquiles se le daría a escoger entre una vida corta y gloriosa o larga en años y anodina.
También en el canto IX de la Ilíada se cuenta que en la embajada integrada por Odiseo, Áyax Telamonio y Fénix que este último —caballero mirmidón— habría criado al héroe cuando era un niño, mencionando pasajes íntimos de su infancia, así como en otros comentarios de la obra la convivencia con su madre la nereida Tetis en el palacio de su padre. Por otro lado en Ifigenia en Áulide de Eurípides se canta que Quirón predijo las hazañas de Aquiles
s dos primeras líneas de la Ilíada rezan:
μῆνιν ἄειδε θεὰ Πηληϊάδεω Ἀχιλῆος
οὐλομένην, ἣ μυρί' Ἀχαιοῖς ἄλγε' ἔθηκεν ‘Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles,
cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos’
Aquiles es el único mortal que experimenta la cólera no trivial, la que contiene una especial referencia a los dioses (menis). Su ira es a veces vacilante y otras veces absoluta. La «humanización» de Aquiles por los sucesos de la guerra es un tema importante del relato.
uando los griegos partieron hacia la Guerra de Troya, se detuvieron accidentalmente en Misia, donde gobernaba el rey Télefo. En la batalla resultante, Aquiles hirió a Télefo. La herida no sanaba, y Télefo pidió un oráculo, que afirmó que «el que hirió sanará».
Según se cuenta, en la obra perdida de Eurípides que contaba la historia de Télefo, éste fue a Áulide disfrazado de mendigo y pidió a Aquiles ayuda para curar su herida. Aquiles se negó, alegando no tener conocimientos médicos. Alternativamente, Télefo secuestró a Orestes, pidiendo por rescate que Aquiles sanase la herida. Odiseo razonó que la lanza era la que había infligido la herida y que por tanto la lanza debía ser capaz de curarla. Se rasparon unos trozos de la lanza sobre la herida, y Télefo se curó. Este es un ejemplo de magia simpática
Cicno de Colona
Según algunas tradiciones recogidas por Plutarco y el investigador bizantino Juan Tzetzes, una vez que los barcos griegos llegaron a Troya, Aquiles luchó y mató a Cicno de Colona, un hijo de Poseidón. Cicno era invulnerable, excepto por su cabeza.[7] [8]
Troilo
Según el Relato de la Destrucción de Troya de Dares Frigio,[9] el resumen latino que transmitió la historia de Aquiles a la Europa medieval, mientras Troilo, el hijo menor de Príamo y Hécuba (cuentan algunos que en realidad su padre era Apolo), estaba abrevando sus caballos en la Fuente del León fuera de las murallas de Troya, Aquiles le vio y se enamoró de su belleza (cuya «bondad de formas» fue descrita por Ibicos como «oro tres veces refinado»). El joven rechazó sus proposiciones y se refugió en el templo de Apolo. Aquiles le persiguió hasta el interior del santuario y le decapitó en el mismo altar del dios.[8] Se decía que en aquel momento a Troilo le faltaba un año para su vigésimo cumpleaños, y cuenta la leyenda que si Troilo hubiera alcanzado esa edad, Troya habría sido invencible.
En la Ilíada


Aquiles venda el brazo de su amigo Patroclo. Este último vuelve su cabeza a un lado para evitar ver la sangre y que Aquiles advierta sus muecas de dolor.
Artículo principal: Ilíada
La Ilíada de Homero es el relato más famoso de las hazañas de Aquiles en la Guerra de Troya. La épica homérica sólo abarca unas pocas semanas de la guerra y no narra la muerte de Aquiles. Comienza con su retirada de la batalla tras ser deshonrado por Agamenón, el comandante de las fuerzas aqueas. Agamenón había tomado a una mujer llamada Criseida como esclava, y el padre de ésta, Crises, un sacerdote de Apolo, le rogó que se la devolviera. Agamenón se negó y Apolo envió una plaga entre los griegos. El profeta Calcante determinó correctamente la fuente de los problemas pero no quiso hablar a menos que Aquiles jurase protegerle. Aquiles así lo hizo, por lo que Calcante declaró que Criseida debía ser devuelta a su padre. Agamenón accedió, pero exigió entonces que la esclava de Aquiles, Briseida, debía dársele como reemplazo. Enfadado por esta deshonra (y como dice más tarde, porque amaba a Briseida)[11] y a instancias de Tetis, Aquiles se negó a luchar y llevar a sus mirmidones junto a las fuerzas griegas.
Como la batalla se volvió contra los griegos, Néstor declaró que si Agamenón no hubiese enfadado a Aquiles, los troyanos no estarían ganando, y le pidió que le aplacase. Agamenón accedió y envió a Odiseo y a otros dos jefes para ofrecer a Aquiles la devolución de Briseida y otros obsequios. Aquiles los rechazó tercamente y pidió a los griegos que navegaran de vuelta a casa como él estaba planeando hacer.
Sin embargo, deseando conservar su gloria a pesar de su ausencia de la batalla, finalmente Aquiles rezó a su madre Tetis, pidiéndole que rogase a Zeus que permitiese a los troyanos hacer retroceder a las fuerzas griegas. Los troyanos, dirigidos por Héctor, hicieron así retroceder al ejército griego hasta las playas y asaltaron sus barcos. Con las fuerzas griegas al borde de la destrucción absoluta, Aquiles accedió a que Patroclo llevase a los mirmidones a la batalla, aunque él permanecería en su tienda. Patroclo logró repeler a los troyanos de las playas, pero murió a manos de Héctor antes de que lograsen asaltar realmente la ciudad de Troya.

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